miércoles, 28 de marzo de 2012

Claude Monet - La serie de la Catedral de Rouen

"El clímax del impresionismo. Así se ha descrito la serie de vistas de La Catedral de Rouen llevada a cabo por Claude Monet entre 1892 y 1894. La serie -consistente en 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral gótica de Rouen bajo distintas condiciones de luz y clima- provocó una admiración inmediata entre la crítica de su tiempo, y fue alabada por muchos maestros posteriores, desde Wassily Kandinsky hasta Roy Lichtenstein.


Las pinturas se deben ver más como un interés por la naturaleza dinámica que por una teoría pictórico-científica (el propio Monet declaró que " las teorías siempre me han parecido horrorosas"). La serie tuvo un gran éxito comercial y de crítica. Wassily Kandinsky tuvo la oportunidad de ver uno de estos almiares en una exposición de Moscú.


Monet trabajaba en ocasiones simultáneamente con varios lienzos, volcándose en uno en concreto cada vez que las condiciones de luz y ambiente se parecían a la del cuadro en cuestión. 

 Monet llega incluso a concluir varios de los lienzos en su taller, fiándose de su portentosa memoria visual. Pero dos años después, la misión estaba cumplida, y Monet poseía ya tres decenas de capturas pictóricas de la Catedral. Así , y por primera vez en la historia de la pintura, se había logrado representar la cuarta dimensión , el tiempo, un logro reivindicado -sin embargo- por numerosas vanguardias varias décadas posteriores al maestro francés.

Evidentemente, entre los 31 lienzos hay más diferencias que las debidas a las distintas condiciones de luz y ambiente. Monet eligió en total cinco puntos de vista diferentes -dos desde la plaza y tres desde diferentes habitaciones frente al edificio- representando el portal de la Catedral (frontalmente o con el punto de vista ligeramente más desplazado hacia la derecha), o el portal y la torre d'Albane, pero siempre conservando ese punto de vista cercano. 25 de estas vistas están fechadas en 1894, otra lo está en 1893, y las cinco restantes no están fechadas, aunque sí firmadas. 

 

La elección de la paleta refleja los distintos tonos con los que la luz del día iba tiñendo la fachada de la Catedral: de unos suaves azules para los lienzos creados por la mañana ( fig 1) se pasa a unos vivos tonos ocres y dorados para los cuadros "a pleno sol y castaños y grises para los días nublados (fig 2). 

las Catedrales de Monet gozaron de una aceptación inmediata entre la crítica y el público. " Monet hace que hasta las piedras cobren vida" , declara el escritor Georges Clemenceau.

Las mejores reflexiones en torno a la serie de La Catedral las podemos encontrar en una carta del propio Monet dirigida a su amigo Clemenceau, en la que revelaba que " yo siempre he observado únicamente lo que el mundo me mostraba, Para dar testimonio de ello en mi pintura".


Gemma Collell

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